Desde
que surgieron los medios de comunicación de masas, muchas empresas se han
interesado en estos. Como explican diversas teorías, los medios son capaces de
influir en la sociedad y generar una opinión pública conjunta, de manera que
aquellas multinacionales que querían darse a conocer y ganar prestigio
comenzaron a colaborar con los distintos medios, desde prensa hasta Internet,
pasando por la radio y la televisión con el objetivo de aumentar sus ventas.
En
un principio, la publicidad era un complemento, ya que se encargaba de rellenar
los espacios entre programas, pero en la actualidad esto está cambiando
radicalmente la forma de actuación de los medios de comunicación. La relación
simbiótica entre los canales y las empresas que se publicitan es la causa de
esta transformación. Los canales dependen de las empresas y viceversa, ya que
gran parte del capital de los primeros depende de los ingresos que aportan los
segundos por emitir sus spots y muchos beneficios de los segundos provienen de
la propaganda que se hace en los primeros. En el comienzo, los programas tenían
mayor importancia que la publicidad, al inicio de siglo la balanza comenzó a
equilibrarse, pero ahora tiende a dar mayor peso a las compañías de manera que
estas “dirigen” de forma implícita los contenidos e informaciones.
Tanto
en medios privados como públicos participan los ingresos de los anuncios,
aunque en distintos grados. Un ejemplo que rompe con esta premisa es RTVE. Este
canal dejó de emitir publicidad en el año 2009 intentando regresar al concepto
de servicio público de información, de manera que renunció a lo que en su
momento le aportó hasta 600 millones de euros procedentes de la propaganda.
Este mismo, sirve para entender hasta qué punto existe la codependencia, ya que
a pesar de tener ingresos por parte del Estado que le permiten continuar con
sus producciones y emisiones, no cuenta con todo el presupuesto que necesitaría
para mejorar y mantenerse en un futuro no muy lejano y por ello ahora se
replantea la cuestión de la vuelta a las pantallas del medio público de la
publicidad.
Pasando
de un canal público sin propaganda a otro privado con ella, se hace cierto
aquello que los extremos no son buenos. Sin publicidad un medio no puede
sostenerse, pero con un exceso de la misma un canal pasa de emitir la mayor
parte del tiempo su programación habitual a emitir casi en exclusiva anuncios,
de manera que se plantea el dilema de la prioridad del ingreso frente a la
información o al contrario, ya que si un medio deja de emitir noticias para
emitir colonias este perderá su prestigio y con él su audiencia, de modo que al
final ni las empresas invertirán en él. Además, también perderá credibilidad,
ya que las empresas informadoras con muchas inversiones de firmas ajenas a las
mismas tienden a adaptar sus modos de informar para no perjudicar a sus
benefactoras, menoscabando la imagen de medios como la televisión.
Para
evitar los abusos, la ley establece que como máximo se permitirá la emisión de
12 minutos de publicidad por hora de reloj y si no se cumple se penalizará con
multas cuantiosas. A pesar de ello, muchos canales como Antena 3 o Telecinco
siguen rebasando los límites porque ganan más infringiendo la ley que
cumpliéndola. Así solo queda preguntarse, ¿cómo volver a hacer televisión de calidad?
Fotograma del spot de AUTOCONTROL |
Webgrafía:
El Mundo. El Tribunal Supremo avala los 12 minutos de publicidad en televisión 'por hora de reloj' [Consulta 8-12-2014]. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/15/television/1373897586.html
La Guía TV. El regreso de la publicidad a TVE: una propuesta sin plazos, pero firme [Consulta 8-12-2014]. Disponible en: http://laguiatv.abc.es/noticias/20141119/abci-propuesta-vuelta-publicidad-rtve-201411191806.html
Entrada escrita por: Patricia González de la Morena
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