¿Por qué conocemos más
directores que directoras? ¿Por qué en las películas Disney las princesas
necesitan buscar a un príncipe para ser felices? ¿Por qué la mala siempre es la
madrastra y nunca el padrastro?
En el mundo audiovisual, son numerosos los estereotipos de género. Al fin y al cabo, el cine representa en muchas ocasiones la sociedad: cuando estudiamos el género en el ámbito cinematográfico nuestra profesora nos preguntó cuáles creíamos que eran las palabras que definían “lo femenino” y “lo masculino”; abundaban delicado, fino, sensible para las mujeres y fuerte, valiente e incluso bruto para los hombres. Si seguimos teniendo esos papeles asignados en nuestra mente, cómo no van a estarlo en las películas, series o incluso anuncios de televisión.
Además de estos estereotipos también encontramos otros relacionados con el género cinematográfico. Dado que me interesa la animación, he decidido centrarme en esta para hablar del tema.
¿Por qué las películas
de animación se producen únicamente dirigidas a niños? Personalmente, he
disfrutado con films como ‘Frozen’, ‘Up!’ o ‘Despicable Me’, estrenados cuando
se suponía que ya no tenía edad para ellos. Lo mismo ha sucedido con películas
que había visto de pequeña, como ‘Kirikú y la bruja’, ‘Pesadilla antes de
Navidad’ o ‘Mulán’. Quizás sea porque era más consciente de lo que pasaba en la
película o porque simplemente me gusta la animación, pero es una realidad.
Imagen del videojuego 'Beyond Teo Souls' |
En mi opinión, la
animación en el cine no debería ser un género como tal. Debería ser una forma
de contar una historia: en vez de hacerlo con la participación de personas
reales, se haría con animales, o con juguetes que cobran vida, o con personas
creadas por ordenador. ¿Por qué no puede existir una película que se cree con
la misma técnica que utilizan para los videojuegos? ¿Por qué no se puede producir
un film con personajes dibujados? No es necesario que sean caricaturas, sino
que pueden ser increíblemente realistas. En muchas ocasiones, el creador puede
considerar que es mejor para su obra que sus protagonistas estén hechos por
ordenador en vez de utilizar a actores, aunque estos se utilicen de base. ¿Por
qué no hacerlo?
Poniéndonos en su piel
quizás nos podemos imaginar la razón: si bien es cierto que uno es libre de
crear el contenido que quiera, todos somos conscientes de que una película no
va a conseguir distribuirse si una productora no considera que el proyecto es
viable y decide hacerse con ella. Para eso, debe existir una mínima seguridad
de que el público va a querer pagar por ir a verla al cine o por comprarla una
vez salga al mercado. Por lo tanto, hasta que la potencial audiencia
cinematográfica no quiera consumir películas que cuenten sus historias mediante
la animación, no creo que este tipo de obras sean posibles.
A lo mejor deberíamos
aprender más de otros países, como de Japón. En este caso el anime, la
animación japonesa, no se trata como un género, sino como un elemento más de la
película. Es por eso que se pueden distinguir multitud de temáticas y géneros
en los films clasificados en este categoría, desde cuentos infantiles a horror,
pasando por amor, aventura, ciencia ficción o fantasía, entre muchos otros. En
mi opinión, deberíamos abrirnos a las influencias de otros cines, pues hay
aspectos que podrían beneficiarnos.
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